Esta obra teatral de 1936, la última del autor antes de morir, también es una radiografía de la sociedad de la época, en especial en lo que se refiere a la situación de las mujeres. Tras la muerte del segundo marido de Bernarda, ésta impone un luto de 8 años de duración cortando toda relación con el mundo exterior de ella y sus hijas. El peso asfixiante de las más duras normas sociales recae entonces sobre estas últimas. Un proyecto navarro que pone especial énfasis en la perspectiva de género y la memoria histórica y que cuenta con un destacado elenco de actrices navarras.